martes, 11 de noviembre de 2008

Un pan de cien (100) y doscientos (200) de salchichón

“!Tenga sencillo y completo, por favor¡”. Esta es la frase cotidiana de doña Flor Martínez, una mujer con 58 años acuesta, blanca, ojos cafés, cabello largo y ondulado, con tres hijos y viuda desde hace más de 20 años. Ella tiene un pequeño negocio en el barrio Pueblo de Engativá, antiguo municipio de la sabana cuyos habitantes aún recuerdan el olor de los cultivos de fresa, el verde fresco de la mañana, la leche recién ordeñada, las gallinas rondando por las casas y la tranquilidad del campo. En su tienda vende alimentos, artículos de aseo y algo de papelería. En el barrio es muy conocida, ya que es una de las pocas personas que continúa con su negocio, a pesar de la inseguridad y el peligro que lo rodea.

Doña Flor día a día se enfrenta al vandalismo de algunos “particulares” clientes. Cada vez que entra alguien al pequeño local, la incertidumbre ronda su cabeza y no sabe si la visita es una compra o un asalto. En esta zona rondan jóvenes pandilleros, que con miradas misteriosas, las manos siempre en los bolsillos de sus grandes y acolchadas chaquetas y sus rostros casi perdidos bajo la sombra de una cachucha, se convierten en la autoridad del sector. Ellos han sido los encargados de que varias personas hayan tenido que cerrar sus negocios por miedo a perder su vida, pero doña Flor no se ha dejado intimidar; así sepa que esta en la noche puede perder lo producido del día, afirma que continuará con su labor.

“No es nada fácil manejar mi negocio, pero la verdad es lo único que se hacer y no le daré gusto a los amigos de lo ajeno, porque llevo más de 10 años luchando para salir adelante, sin dejarme de nadie, algún día disfrutare de la tranquilidad que tuve hace algún tiempo”, asegura doña Flor.

Al ver tanta delincuencia y después de varios robos, esta señora humilde y trabajadora se las fue ingeniando poco a poco para decirle a sus clientes y sin que ellos lo tomen mal: “tenga sencillo y completo, por favor”, ya que la mayoría de los hurtos han sido cuando doña Flor da la espalda para buscar el cambio. Los delincuentes aprovechan el momento, ingresan al local como si fueran los dueños de la casa, golpean a la señora, pudiendo ser la madre de alguno de ellos, se aprovechan de su mayoría de edad y se llevan el dinero que con tanto esfuerzo y sacrificio obtuvo esta señora durante el día.

“Después de laborar toda la semana; llega el día viernes, uno de tendero por lo general sabe que los fines de semana las ventas aumentan, pero también es cuando los robos aumentan, ellos buscan los sitios que estén abiertos y un poco solos, para poder entrar y cometer sus fechorías, Uno de esos viernes fue cuando ocurrió mi primer asalto, aparecieron dos personas en mi establecimiento, dos hombres, muy jóvenes y sin malicia, yo me equivoque pensando que eran clientes, uno de ellos me pidió un paquete cigarrillos, al pasárselos el joven extiende su mano y sujeta la mía con fuerza, entra a mi negocio por el lado del mostrador llevándose el dinero, agarra una bolsa y empieza a llenarla de mercado, mientras esto ocurre el otro joven vigila la puerta, el joven que entro a mi tienda me amenazó con un cuchillo, luego me golpeo en la cabeza, quede postrada en el piso y con un fuerte dolor de cabeza, ellos salieron como si nada hubiera pasado”, dice doña Flor.

Los habitantes del sector no pueden vivir con tranquilidad, ya que los jóvenes se han constituido en la autoridad: Se pasean las calles, vigilan la zona, verifican quién entra o quién sale del barrio, han generado pánico entre la comunidad y hasta cobran tributo. Para doña Flor no es raro oír mientras la roban: “esto es un alquiler por tener su negocio, véalo como un impuesto más del gobierno”.

Esta mujer trabajadora pese a su edad y conflictos dice que nunca cerrará su tienda, ya que muchos vecinos la necesitan, porque aparte de vender ofrece crédito para algunos. Ella añora cuando solía jugar parqués con sus amigos mientras pasaba el día, reía, lloraba y sufría, pero eran épocas diferentes: “Como extraño los días en que mi preocupación era la comida de mis hijos, ahora solo pienso que en cualquier momento pueden llegar y aparte del dinero se pueden llevar algo de alimento”, dice doña Flor, sus lagrimas caen por sus mejillas.

Los vecinos la ven como una persona trabajadora, honrada y dedicada a su labor, además ella no sabe hacer otra cosa sino vender y atender a sus clientes, pensando en la tranquilidad que algún día tendrá al lado de su gente sin delincuencia, viendo a sus nietos crecer en un ambiente más seguro.

viernes, 31 de octubre de 2008


LAS RECOMPENSAS NO SE DEBEN DESACREDITAR

El Presidente de la República de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, recordó hoy en la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se realizó en San Salvador, que no se debe desacreditar la política de recompensas, porque gracias a este medio se han podido ubicar a varios jefes guerrilleros, desmontar el grupo insurgente y motivar al pueblo para en un futuro tener una Colombia sin violencia.

“Yo creo que no podemos entrar ahora a desacreditar la política de recompensas. Una cosa es la política de recompensas como la tiene el Gobierno, para estimular la información ciudadana, que permita el desmonte de la delincuencia, y otra cosa es la ligereza de salir a atacar la política de recompensas, como que la política de recompensas fuera la culpable de designios criminales”, afirmó Uribe.

Comentó sobre el éxito que ha tenido esta táctica, impulsada por los ciudadanos de la fuerza pública, además sin el incentivo de recompensas el pueblo colombiano continuaría en conflicto y con la guerra fuertemente organizada, secuestrando, traficando y delinquiendo.

viernes, 24 de octubre de 2008


SEMANA DE LA COMUNICACIÓN EN INPAHU

La Fundación Universitaria Inpahu, en la semana de la comunicación realizó un conversatorio el pasado viernes 18 de octubre, dónde los estudiantes de comunicación social y periodismo, contaron con la visita de los periodistas, Oscar Alarcón y Germán Yances, también estuvo el representante a la Cámara Germán Navas Talero, en compañía del Rector José Manuel Alarcón y el Director de la carrera de Periodismo, Francisco Cristancho.

Uno de los temas tratados fue el derecho al voto. El poder que se tiene para escoger al candidato es mínimo, el derecho constitucional del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no se usa, los ciudadanos deben instruirse para enseñarles como se ejerce el voto (sufragio), los electores no conocen las características: El voto es universal, personal, libre de opinión, no tiene diferencia de clase social y esta dirigido a hombres y mujeres mayores de 18 años, para que cada quien tengan la oportunidad de elegir a sus gobernantes.

También se hablo del periodista de hoy, sin olvidar que debe ser, responsable, imparcial, objetivo e informar paso a paso el hecho que este ocurriendo, sin dejar de lado los principios éticos, “los periódicos son políticos”, resaltan los panelistas. En el siglo XIX los periódicos solo hablaban de política, al pasar los años los medios de comunicación fueron evolucionando tanto así que la mayoría de la información que brindan es manipulada por los políticos de mayor influencia en nuestro país.

Los políticos no deberían hacer periodismo, porque la información debe ser independiente, los hechos se deben transmitir lo más cercano posible a la realidad, buscar siempre la verdad sin importar que sea editada por los altos mandos, trabajar de manera clara, no regalarse por un sueldo, ni mucho menos jugar con la honestidad de un país en conflicto.

Los futuros periodistas de nuestro país deben reformular los temas. Los medios de comunicación son manejados por periodistas, los periodistas son manejados por los políticos, esto es una cadena que no tiene fin, la información que se brinda no es objetiva ni transparente, siempre hay un interés.

Para evitar concentrarnos en los medios de comunicación necesitamos saber quienes son los dueños de estos, para así poder entender la información que nos están brindando. Se deben crear e incentivar medidas para evitar el enlace que existe entre los medios de comunicación y el poder político, para así formar una red independiente que realice las concesiones de radio, prensa y televisión y ver más allá de lo que siempre han vendido al pueblo colombiano, con una información transparente ante un hecho o acontecimiento.